El pintor ante su obra |
Llevo años esperando una foto a color de dos obras al óleo que realizó mi padre en Talavera de la Reina, lugar en el que yo nací. Siempre había oído decir que en el año 1968 el constructor Diego Pérez le había encargado dos retratos: uno de cuerpo entero y otro de busto. En el primero quiso ser representado con el fondo de altos edificios y un coche deportivo. Jiménez-Pajarero, el artista, fue muy elogiado y comenzó una actividad constante y prolífica que dio como resultado una exposición en 1970 en Toledo a la que le siguieron otras importantes a lo largo de su vida como se puede consultar en su biografía.
Y hoy, Día de Navidad, comparto en su blog esta obra en blanco y negro, en espera de que los hijos de Diego Pérez me faciliten esa imagen a color que preciso para su página web. De todas formas creo que es perfectamente visible la magnitud del tamaño de este lienzo y la del artista, el artífice de la inmortalidad del ser humano.
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